
Una de las historias de hadas que más me cautivó es la siguiente que reproduciré para vosotros...siento “algo” de mi “esencia” reflejada en ella.
Soy-golosa.
DAMAS VERDES
“Cuando por fin dimos con él después de una semana de búsqueda, lo que encontramos fue un hombre deshecho por el cansancio y el hambre, consumido hasta los huesos y completamente loco. Nadie comprendió nunca que él que conocía a la perfección el bosque, se hubiera podido perder en un paraje tan cercano a su casa. Parecía increíble que no nos reconociera a ninguno. No pudimos sacarle una sola palabra con sentido. Una y otra vez nos hablaba de la hermosa dama del bosque, de su traje verde y de sus ojos misteriosos, a la que había estado persiguiendo día y noche sin poder alcanzarla. Según él, la criatura más bella y adorable que jamás había visto. Aquello me recordó las viejas leyendas olvidadas del pueblo, que cuentan la historia de unas damas vestidas de verde que se divierten enamorando a los hombres y haciéndoles sufrir por capricho. Pero nada dije a los otros para que no me tomaran a mí también por loco, ni siquiera cuando de regreso al pueblo, en el carro, él nos iba diciendo que ella estaba a nuestro lado y yo veía cómo la hierba se movía aunque no corriera el viento”
Soy-golosa.
DAMAS VERDES
“Cuando por fin dimos con él después de una semana de búsqueda, lo que encontramos fue un hombre deshecho por el cansancio y el hambre, consumido hasta los huesos y completamente loco. Nadie comprendió nunca que él que conocía a la perfección el bosque, se hubiera podido perder en un paraje tan cercano a su casa. Parecía increíble que no nos reconociera a ninguno. No pudimos sacarle una sola palabra con sentido. Una y otra vez nos hablaba de la hermosa dama del bosque, de su traje verde y de sus ojos misteriosos, a la que había estado persiguiendo día y noche sin poder alcanzarla. Según él, la criatura más bella y adorable que jamás había visto. Aquello me recordó las viejas leyendas olvidadas del pueblo, que cuentan la historia de unas damas vestidas de verde que se divierten enamorando a los hombres y haciéndoles sufrir por capricho. Pero nada dije a los otros para que no me tomaran a mí también por loco, ni siquiera cuando de regreso al pueblo, en el carro, él nos iba diciendo que ella estaba a nuestro lado y yo veía cómo la hierba se movía aunque no corriera el viento”
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